Tu clase de infantil tiene alumnos que se distraen, otros que no participan; y tú pruebas canciones, cuentos, de todo, pero no siempre funciona durante mucho tiempo. Por otro lado, seguro que quieres probar la gamificación en el aula infantil, pero ¿y las tabletas, las aplicaciones de pago, jugar por jugar…? No te preocupes: en este artículo hablamos de cómo gamificar tus clases de forma sencilla, asequible y eficaz.

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Gamificación no es lo que crees

Así que empecemos por el principio: ¿Qué se entiende por gamificación? 

NO es dar tabletas a niños de 3 años. 

Tampoco, hacer clasificaciones públicas según sus resultados ni comprar materiales caros. Por el contrario, cuando hablamos de gamificar queremos utilizar juegos para aprender. Dicho de otra manera: aprender jugando.

Por eso, la clave es utilizar la lógica del juego para motivar en el aula. En esta línea, crear retos que les animen a intentarlo e irles orientando en el proceso. Este ejemplo lo deja clarísimo: 

Los niños no quieren recoger lo que han utilizado hoy en clase. Si la maestra les dice: «Hay que recoger», puede que obedezcan y lo hagan, pero seguramente no lo harán. Sin embargo, si lo conviertes en juego… «Somos robots ordenadores: y, cuando suena «bip-bip», hay que recoger al menos una casa». Probablemente, recoger será divertido.

Lo que realmente importa

Por otra parte, la gamificación no es convertir el aula en un parque de atracciones. Pero bien usada transforma rutinas aburridas en momentos que esperan. En otras palabras, un intento de pasar del «tengo que» al «quiero intentarlo» o «me apetece». Para ello, necesitas:

1. Entender qué motiva a tus niños.
2. Crear retos a su medida.
3. Celebrar los logros genuinamente y en todo momento.

Y eso es lo fundamental. Además, intenta disfrutar tú también: que la gamificación no te suponga horas de trabajo, sino que te facilite el trabajo docente. 

Tres errores que destruyen la gamificación

Pero cuidado con algunas cosas que se pueden considerar gamificación pero que ponen en peligro su funcionamiento real en el aula:

1. Ranking público. Es decir, dar las puntuaciones en voz alta y de manera individual y, además, anotarlas en un lugar visible. Porque genera una gran competitividad y comparaciones que desvían la atención del juego y del aprendizaje.
   • Una posible solución es dar recompensas colectivas: «100 puntos para la clase»; y cuando se alcance cierta puntuación, un regalo conjunto. 
2. Recompensas materiales constantes. Ahora bien, cuidado con dar premios materiales siempre, ya que eso les llevará a querer hacer bien los ejercicios por el premio. 
   • Solución: crea recompensas simbólicas y experiencias especiales, y vete dosificándolas.
3. Sistema complicado. A veces los juegos pueden ser complicados o incluir demasiados elementos (colores = puntos = estrellas = monedas, etc.). Y se vuelve complejo de entender para todos. 
   • Así que, como solución, intenta utilizar reglas simples que puedas explicar en 2 minutos.

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Cuatro dinámicas de gamificación en el aula infantil

Después de toda la teoría, vamos con algunos ejemplos concretos para gamificar tu clase de infantil.

1. Mapa del tesoro del aula

Primero, dibuja un mapa gigante en la pared. Te servirá para plantear cada semana misiones colectivas, como, por ejemplo: 

• Leer 20 cuentos juntos
• Ayudarse tres veces sin que tú lo pidas
• Conseguir dos días enteros sin conflictos

Y, por cada misión cumplida, avanzarán una casilla. Así, al llegar al tesoro, podrán elegir cómo quieren celebrarlo. ¿Por qué creemos que funcionará?

2. Poderes secretos

En este caso, deberás dar a cada niño un «poder especial»: 

• Superescuchador
• Maestro de la calma
• Ayudante mágico
• Artista creativo.

Después, tu tarea será «pillarles» usándolo, es decir, observar si se comportan así y van logrando buenas conductas. Y eso será motivo de celebración conjunta. Además, les animará a poner en práctica su poder secreto, para que también se les felicite.

3. Misiones sorpresa

En tercer lugar, los alumnos encontrarán un sobre misterioso en el aula, con una misión para todos; pero solo pueden abrirlo después del recreo:

Misión secreta: «Di algo bonito a alguien que no sea tu mejor amigo». 

Así, a final del día, quienes lograron la misión pondrán una pegatina en un mural colectivo o en el álbum de las misiones, si te animas a crear algo similar.

4. Dado de decisiones

Por último, esta gamificación infantil requiere un dado gigante con seis opciones:

1. Qué cuento leer
2. Qué canción
3. Quién elige juego
4. Día sin zapatos
5. Día al revés
6. Sorpresa del maestro

Para empezar, puedes elegir a alguien que se haya comportado especialmente bien o un día/semana en la que se hayan portado bien, y que tiren el dado. Y es sencillo: lo que salga se hace. Es decir,

Materiales que necesitas

Como has ido viendo, no te proponemos grandes juegos con mucho material ni con materiales sofisticados. Y es que creemos que puedes lograr los beneficios de la gamificación en el aula infantil con materiales asequibles.

Básicos físicos:

• Cartulina + rotuladores para mapas y carteles
• Pegatinas variadas (no hace falta nada caro)
• Timer visible: reloj de arena o cronómetro
• Dado gigante (o hazlo con caja de cartón)
• Sobres de colores para misiones
• Insignias caseras: dibujos plastificados

Apps gratuitas (uso limitado):

• ClassDojo: Máximo 2 minutos al día
• Temporizador visual en línea para pizarra digital
• Generador de dados online

En resumen: no necesitas plataformas complejas difíciles de configurar, ni materiales pedagógicos específicos o tabletas para cada niño. Es más, si puedes hacer los juegos físicos, mejor que en digital. 

En fin, esperamos que estas ideas de gamificación en el aula infantil oxigenen tus clases y te ayuden a enseñar mientras os divertís, tanto tú como tus alumnos.

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