A lo largo de los años, se han realizado múltiples investigaciones en este campo y se han llegado a concretar en seis categorías de maltrato emocional infantil. Se considera que existe maltrato si «se aprecian incidentes extremos o un patrón único y repetitivo de alguna de estas seis condiciones».

1. Rechazar

Cualquier acción que degrade al niño. Palabras y acciones de desprecio que ridiculicen a un niño, que le humillen en privado o públicamente.

Cuando un niño llora y se le dice que eso no es propio de su edad se le está rechazando. No es bueno humillar a un niño por el hecho de que sienta tristeza o pena y la exteriorice.

Otro ejemplo es cuando se corrige de manera humillante y persistente a un mismo niño delante de sus compañeros. O cuando se le castiga más que a los demás y no recibe premios como el resto. En este sentido, es habitual escuchar frases como «Fulanito se porta mejor que tú» o «Eres el único niño que se está portando como un bebé».

2. Aterrorizar

Amenazar al niño con que él o alguna persona que quiere o algún objeto que posee van a sufrir un daño si no se comporta de una manera determinada.

Un ejemplo claro de este tipo de maltrato emocional sería amenazar al niño con que vamos a tirar o romper uno de sus juguetes favoritos. El niño percibe esta amenaza como una agresión hacia su propia persona y, por eso, nunca deberíamos actuar así.

3. Aislar

«Comportamientos que de manera persistente niegan al niño las oportunidades para satisfacer sus necesidades de interacción y comunicación con iguales o adultos, tanto dentro como fuera del hogar».

En este caso, se podría pensar que apartar a un niño de un juego, si no se comporta correctamente, se consideraría una forma de maltrato emocional. Sin embargo, en el congreso de 1963 se concretó que el maltrato es el hecho de «limitar de manera no razonable su libertad de movimientos».

4. Explotar o corromper

De entrada, estas palabras pueden parecernos demasiado agresivas y lejanas a nuestra práctica educativa. Aun así, caer en ellas es más fácil de lo que pensamos.

Un ejemplo de maltrato emocional de explotación sería, por ejemplo, interferir en el desarrollo evolutivo del niño. ¿Quién no ha sobreprotegido alguna vez a un niño o le ha impedido que hiciera una tarea para la que ya estaba capacitado?

La sobreprotección y la dominación extremas son una forma de maltrato emocional muy extendida en nuestro tiempo.

Una forma de evitarlo es promover y dar importancia a las opiniones, los sentimientos y los deseos que nos transmitan los niños.

5. Denegar respuestas emocionales

Un ejemplo claro de maltrato emocional sería no manifestar ningún afecto por el niño en nuestras interacciones.

También sería dañino igualmente decirle frases como «Ya no te quiero» o «No quiero saber nada de ti». En su lugar, para mostrar nuestra desaprobación ante algún mal comportamiento, siempre es preferible la comunicación abierta. En este sentido, se pueden decir frases como «Estoy muy decepcionado porque…» o «Estoy triste porque…». De esta forma no negamos un sentimiento, sino que le comunicamos cómo nos sentimos. Esto también ayuda a su maduración y autoconocimiento emocional.

6. Negligencia de tipo educativo y de salud

Quizás esta sea la forma de maltrato emocional menos extendida. Hoy en día se presta mucha atención a la salud física de los más pequeños, aunque a veces puede dejarse de lado su salud emocional.

Para evitar negligencias en este campo es bueno mantener una comunicación abierta con el niño, y enseñarle a expresar sus sentimientos y emociones ante las diferentes situaciones que vive.